martes, 24 de julio de 2012

Alaskan:

Se trata de un perro con orígenes muy antiguos, que ha sido poco modificado desde su procedencia del lobo. Eso no quiere decir que sea agresivo. Si bien su aspecto y altivez pueden impresionar al observador externo, se trata de un animal juguetón (cuando se le invita a ello), fiel a su amo y con un gran instinto protector con los niños.
El Alaskan Malamute es un perro de exterior, adora los espacios abiertos y es feliz viviendo al aire libre; si se le encierra tras una cerca, es muy probable que trate de buscar la forma de escapar, porque les gusta la libertad y no pierden una posibilidad de salir en busca de una aventura o una carrera.
La timidez no suele ser una buena señal, pero afortunadamente, parece ser un rasgo bastante raro en esta raza y si se presenta puede deberse a causas ajenas a la genética del animal y haber sido producidas por un dueño que no ha sabido darle una correcta socialización, manteniéndole encerrado y carente de estímulos psíquicos, interacción con los de su misma especie y un muy limitado contacto humano. Si se detecta, debe vigilarse y brindarle un adiestramiento para superar el problema, ya que de lo contrario su comportamiento puede volverse impredecible y por ende peligroso.
Por otro lado, dada la forma de vida esquimal y nómada de compartir todo, no es una raza de protección, pero sí puede ser un buen perro de alerta, que avisará a su dueño de que percibe algo extraño, con el sonido tan particular que emite, que es una combinación entre aullido y ladrido. No es un perro para guardia y defensa ya que por naturaleza tiende a ser amigable con los seres humanos.
Como consecuencia de su antigua vida, es un perro con fuerte instinto de manada y de jerarquía, lo cual origina frecuentes agresiones con otros animales. Además, los machos son muy territoriales y competitivos entre sí por lo que no es aconsejable alojarlos juntos. La hembras pueden ser más sencillas de entrenar y se adaptan mejor a la vida en casas. Esta raza gusta de la compañía humana, cuenta con enormes dosis de lealtad, cariño y disposición al trabajo, lo que le hace un buen perro casero. Es cariñoso con los niños, hasta con los desconocidos, y le encanta acompañarlos a todos lados. Debido a su carácter independiente tiene fama de ser terco y difícil para adiestrar entre la gente que no lo conoce. Sin embargo, existen malamutes campeones de obediencia trabajando con ciegos.
Son sensibles, afectuosos y juguetones, pero saben protegerse de manera efectiva. Con un buen adiestramiento y socialización serán perros equilibrados, tanto física como psicológicamente, ya que tienen buen potencial de aprendizaje porque son rápidos en aprender y de reflejos agudos.

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